domingo, 2 de diciembre de 2012

El respeto se extingue en las aulas

El respeto se extingue en las aulas


Desde el comienzo de la historia de la educación, los avances en la figura del educador, en el concepto de educación, en los contenidos de formación y en el papel que ejercen los padres en la educación de los hijos han sido significativos.

Hoy en el siglo XXI, gracias a los progresos en cuanto a leyes, métodos pedagógicos, avances tecnológicos, etc., implantados en las instituciones educativas, podemos decir que tenemos una educación cada vez más completa.

Si hacemos referencia a algunos cambios que se han producido en las competencias del maestro a lo largo de los años, señalamos:

Educación clásicaEducación moderna
• Profesor como instructor• Profesor como mediador
• Profesor aislado• Colabora con el equipo
• Carácter unidireccional• Carácter bidireccional
• Restringe la autonomía del alumno • Fomenta la autonomía del alumno

sábado, 1 de diciembre de 2012

Comparativa a lo largo de los años

Cuando contrastamos estos tipos de competencias de la relación  maestro-alumno, en sus distintas épocas, encontramos que:

En la educación tradicional o clásica, de las generaciones de los años 60 y 70, existía en el aula la autoridad plena del maestro que era respetada y respaldada por los padres. El educador se regía por una disciplina rigurosa, quizás en muchos casos excesiva, acompañada de duros castigos, incluso físicos. Si los niños le contaban a los padres que habían sido reprendidos por el maestro entonces los padres también les castigaban y pegaban. Esos tipos de castigo hoy día serían reprobables desde cualquier punto de vista.

Yo, que pertenezco a la generación de los 80, llegué a ver castigos no tan duros, como el quedarse sin recreo, el permanecer de pie mirando a la pared, el escribir en la pizarra un centenar de veces alguna frase o el enviar al alumno a la dirección. Manteniéndose la misma autoridad, disciplina y respeto hacia el maestro.

Ahora si comparamos la educación tradicional con la moderna en el año 2000, nos topamos que gracias a leyes, estudios y recomendaciones de expertos psicólogos y pedagogos se han prescindido de esos castigos en los colegios para pasar a métodos contrarios al autoritarismo. Pero en respuesta a los nuevos cambios, encontramos en las aulas de clase a un maestro con poca autoridad que  no  les puede llamar la atención a los alumnos porque se ve atropellado, no solo por ellos, sino también por sus padres, llegando a recibir todo tipo de  amenazas, incluso agresiones físicas.

Padres que curiosamente fueron educados en el modelo tradicional y que ahora protegen a sus hijos de una manera desorbitada, sin darse cuenta del daño que le producen a los mismos.



En la sociedad en la que vivimos todos estos nuevos cambios educativos  suponen una mejora hacia el respeto maestro-alumno, y viceversa. Como el caso de la relación maestro-alumno, que ha pasado a ser una relación más cercana, de igual a igual, pero en opinión de muchos con erróneo resultado. Hay quienes piensan que a los niños de hoy en día se les da mucha libertad y poca disciplina, por ello habría que educarlos con los métodos antiguos, basados en autoridad y castigos. Otros creen que a los niños hay que protegerlos ante todo y no volver a las dictaduras en las aulas.

Efectos de las nuevas tecnologías

Estudios realizados han demostrado que las nuevas tecnologías (televisión, videojuegos, internet, etc.) fomentan la violencia y que los niños ven en esa violencia la forma de comportarse en la sociedad. Las nuevas tecnologías han cambiado la mentalidad de los niños, su forma de atender y de captar la realidad, su actitud ante el conocimiento, su modo, en definitiva, de concebir el mundo, hasta el punto de que la educación ya no podrá desarrollarse a espaldas de esta innovación, que lo queramos o no, ya nos ha invadido plenamente.

Entorno familiar

En una sociedad llena de abundancia y consumo se observa un deterioro en valores éticos y morales. Muchos padres sienten incertidumbre acerca del tipo de educación que deben ofrecer a sus hijos.
 
Ante la falta de claridad en la forma de educar a los hijos, cada uno de los progenitores tiende a restablecer la dinámica de su familia original en la nueva que ha formado, repitiendo muchos de los errores sufridos o bien haciendo todo lo contrario como forma de rebelarse. Al margen de los errores mencionados, la situación lleva a la diferencia de criterios entre los cónyuges, creando ambientes cargados de permisividad, sobreprotección, autoritarismo desmesurado, etc. Ser padre implica convertirse en el primer y fundamental educador de los hijos.
 
En mi opinión ha habido un punto de inflexión donde se ha pasado del autoritarismo a la permisividad sin término medio y sin el debido apoyo y respaldo de padres y autoridades para afrontar y solventar el problema. Se ha dejado de ver al educador como el garante de la educación-aprendizaje, símbolo de autoridad y respeto, para pasar a verlo como el empleado público que está a disposición de alumnos y padres. Docentes, que hasta hace muy poco, estaban indefensos sin una ley que los protegiese, la Ley de Autoridad que aún no es aplicada en toda España.

Solución al problema

  • Actitudes de aproximación, respeto, diálogo, talante positivo y de apoyo.
  • Colaboración y participación de la familia.
  • Exigencia en el cumplimiento de normas.
  • Medidas de tipo educativo, orientativo y formativo; educación de hábitos.
  • Medidas de tipo metodológico y didáctico, uso de estrategias e intervenciones educativas.
  • Ayuda del centro (equipo directivo, orientadores, psicólogos) y de otros servicios educativos y sociales.
  • Medidas de tipo coercitivo, más recursos, menos alumnos por aula.


viernes, 30 de noviembre de 2012